Cartuja de Valdemossa © Turespaña
Vista de Valdemossa © Turespaña
En el invierno de 1838-1839, el compositor Frédéric Chopin, su pareja de entonces, la escritora George Sand, y los dos hijos pequeños de ésta se establecieron temporalmente en la isla de Mallorca (islas Baleares). Se instalaron en la Cartuja de Valldemossa, un antiguo palacio y después cartuja situado en un lugar paradisíaco y romántico, donde Chopin compuso algunas de sus piezas para piano más celebradas.
El 8 de noviembre de 1838 llegaron a Palma, capital de la isla de Mallorca. Se hospedaron en la ciudad durante unas semanas, mientras Chopin esperaba la llegada de un piano Pleyel. El día 15 de diciembre se instalaron en la Cartuja de Valldemossa, donde residieron hasta el 13 de febrero de 1839. De aquella estancia breve en la isla nos queda el testimonio de George Sand, que recogió sus impresiones en un dietario de viaje que tituló “Un invierno en Mallorca”.
Esta ruta, que puede realizarse en un día, propone cuatro destinos: la ciudad de Palma, la Cartuja de Valldemossa, el pintoresco pueblo de Deià y la ciudad de Sóller, desde donde volveremos a nuestro punto de partida.
En Palma destacan los edificios de origen árabe (como los Baños Árabes, del siglo XI) y los construidos en estilo gótico catalán, como el Castillo de Bellver (siglo XIII), la Catedral de la Seu (siglos XIII-XVII) —que cuenta con la pared cerámica policromada de Miquel Barcelò en su capilla del Santísimo—, la Lonja, obra de Guillem Sagrera (siglo XV), y el Palacio de la Almudaina (siglo XIV), antiguo palacio real edificado sobre la alcazaba árabe.
Para llegar al pueblo de Valldemossa, situado a 17 kilómetros de Palma, en el corazón de la sierra de Tramuntana, deberemos tomar la carretera MA-1130. La Cartuja, lugar en el que vivieron Chopin y Sand, es un conjunto arquitectónico compuesto por el edificio conventual, una antigua farmacia, una iglesia del siglo XV remodelada en estilo neoclásico y que alberga frescos de Francisco Bayeu, y su claustro (siglo XVI). Junto a ella, se haya el Palacio del Rey Sanç, con torre y claustro góticos. En esta ciudad se celebra cada año el Festival Internacional Chopin.
A unos 12 kilómetros se encuentra el pueblo de Deià. El trayecto es una delicia para la vista. La panorámica sobre el Mediterráneo y los acantilados es perfecta desde Son Marroig, la antigua residencia del archiduque Luis Salvador de Austria y hoy, un museo. En Deià residió también otro escritor ilustre: Robert Graves, el autor de “Yo, Claudio”. Puede visitarse la que fuera su residencia, habilitada como Casa museo. Además, cada año Deià celebra su Festival Internacional de Música Clásica.
A poca distancia se encuentra la ciudad de Sóller. Rodeada de naranjos, algarrobos y almendros, se trata de un municipio turístico con pasado comercial e industrial: el que llevó a que se construyera el primer y único ferrocarril de las Islas Baleares: el Palma-Sóller (conocido como “el Trenet”). En la actualidad está habilitado como tren turístico y constituye una opción muy interesante para volver a la capital de Mallorca.
En Sóller, visitaremos la iglesia de Sant Bartomeu (siglos XVI-XVIII), reformada por el arquitecto modernista Joan Rubió i Bellver. La ciudad cuenta con otros edificios modernistas y los conventos de Sant Francesc (siglo XVII) y Santa Catalina (siglo XVI).
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