Castillo de Garcimuñoz © Turespaña
La ruta sale de la ciudad de Cuenca, cuyo casco antiguo está declarado Patrimonio Mundial, para recorrer la provincia en busca de sus históricos castillos y villas amuralladas. El viaje se divide en tres itinerarios, que nos descubren los bellos paisajes de la Serranía de Cuenca y de las Hoces del Río Cabriel.
En las hoces de los ríos Júcar y Húecar, con las Casas Colgadas como su imagen más famosa, la ciudad de Cuenca conserva partes de su recinto amurallado medieval, como el Arco de Bezudo o la Torre de Mangana. De sus monumentos, destaca la Catedral de Nuestra Señora de Gracia, de estilo gótico-normando (siglos XII-XIII). Se encuentra en la Plaza Mayor, junto a los edificios del Palacio Episcopal y del Ayuntamiento.
También son interesantes las iglesias de San Pedro, de estilo barroco, y de San Miguel, del siglo XIII; el Seminario Conciliar de San Julián; el Convento e Iglesia de San Pablo y el conjunto renacentista formado por la Iglesia de San Nicolás de Bari y el Convento de las Angélicas. Durante la Semana Santa, además, algunos de estos lugares sirven de singular escenario para los conciertos de la Semana de Música Religiosa de Cuenca.
El primer itinerario nos llevará hacia el norte de la provincia, a conocer la arquitectura militar de las villas medievales de Cañete y Moya, en plena Serranía de Cuenca. Atravesaremos parajes naturales de indudable belleza: montes, bosques, cañones fluviales, lagunas, etc. Cañete se encuentra a 69 kilómetros de Cuenca, presidida por el Castillo de Don Álvaro de Luna, de origen árabe, del siglo IX. A continuación, tras 38 kilómetros, llegaremos a Moya, donde sobresale su Castillo de los Bobadilla, también de origen árabe, y su doble muralla.
El segundo trayecto nos dirige al sudeste de la provincia, a la comarca de La Manchuela. El destino es Enguídanos, a 85 kilómetros de Cuenca, junto al Parque Natural de las Hoces del Río Cabriel. En la localidad sobresale la figura de su castillo-fortaleza (siglos XIV-XV) de origen árabe (siglos X-XI).
Seguimos luego hasta Alarcón, a 45 kilómetros. Es un conjunto medieval emplazado en un promontorio rodeado por el río Júcar. Destaca su castillo medieval, del siglo XII, aunque reformado en el siglo XV. Nuestra próxima parada, a 28 kilómetros, es el pueblo de Castillo de Garcimuñoz. Su fortaleza, construida por el infante y escritor Don Juan Manuel, el autor de “El Conde Lucanor”, se amplió en el siglo XV.
El tercer itinerario nos acerca al oeste de la provincia, a la comarca llamada La Mancha. A 47 kilómetros de Cuenca, se sitúa Huete, que conserva restos de su antiguo castillo y murallas musulmanas, como por ejemplo la Puerta de Medina. Merece la pena pasear por esta localidad de casas solariegas e ir descubriendo sus iglesias y conventos, como el monasterio de la Merced.
A unos 23 kilómetros, encontramos Uclés, en donde destaca su Convento Prioral de Santiago. A su monasterio se le conoce como “El Escorial de La Mancha” por su estilo herreriano. Ya que estamos en la zona, podemos aprovechar para visitar el Parque Arqueológico de Segóbriga, una antigua ciudad celtíbero-romana, situada en el municipio de Saelices.
Los dos últimos destinos de la ruta esperan a 40 kilómetros, son Belmonte y Villaescusa de Haro. En la primera veremos su castillo, de estilos gótico, plateresco y mudéjar. Rodeada por portales y fragmentos de muralla, la villa cuenta, entre otros monumentos, con la Iglesia de San Bartolomé, del siglo XV. En Villaescusa de Haro podremos admirar el Castillo de Haro y la Iglesia de San Pedro Apóstol, ambos edificios del siglo XVI.
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