Catedral de Astorga © Castilla y León
Catedral Nueva de Salamanca © Castilla y León
Catedral de Palencia © Castilla y León
Catedral de Segovia © Castilla y León
Catedral de Zamora © Castilla y León
Catedral de Valladolid © Castilla y León
Majestuosas y monumentales; las catedrales de Castilla y León son una de las construcciones más emblemáticas de su patrimonio cultural. Recorrer los once templos que existen en la región es descubrir el arte con mil formas distintas. Una arquitectura que, como en el caso de la Catedral de Burgos, ha merecido ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Aunque las distancias de una a otra ciudad no son excesivamente largas, en total deberemos realizar un trayecto de 1.000 kilómetros para conocer las once catedrales de Castilla y León. En cuanto al tiempo, lo mejor es no tener prisas, ya que hallaremos, además, localidades que cuentan con importantes conjuntos monumentales.
Comenzamos por el antiguo Reino de León. La que fuera su capital, la ciudad de León, uno de los hitos más importantes del Camino de Santiago, posee una de las catedrales más bellas de España. Fue construida entre los siglos XIII y XVI, y constituye un espléndido ejemplo de estilo gótico francés. Es conocida como la “Pulchra leonina” por las 737 vidrieras con que cuenta, lo que la convierte en un espectáculo de luz y color.
Seguimos por la localidad de Astorga, a 39 kilómetros de León. En tiempos romanos, la antigua “Asturica Augusta” fue una de las ciudades más importantes de España. La catedral que vemos hoy comenzó a construirse en estilo gótico final en 1471, sobre la antigua sede episcopal románica. Las obras continuaron en siglos posteriores: el retablo mayor es renacentista (1560), la portada principal barroca (concluida en 1704) y el claustro neoclásico (1772).
A orillas del río Duero, a 136 kilómetros, se levanta la ciudad de Zamora. La conocida como Ciudad del Románico no podía poseer una catedral de otro estilo artístico. Construida en el siglo XII, destaca su torre y la figura emblemática de la cúpula gallonada (de estilo bizantino) que se alza sobre su cimborio. Esa cúpula influyó directamente en la siguiente catedral que visitaremos.
Será en la ciudad universitaria de Salamanca, a 65 kilómetros, que disfruta de la singularidad de tener dos catedrales, la Vieja y la Nueva, que además se encuentran adosadas una a la otra. La Vieja es puramente románica (siglo XII), y es en ella donde aparece una cúpula gallonada (la Torre del Gallo) similar a la de Zamora. La Nueva, de aspecto monumental, es una mezcla de estilos gótico final y renacentista (siglo XVI). Para su construcción debió destruirse un brazo del crucero y parte de una nave de la Catedral Vieja.
A continuación, tras recorrer 86 kilómetros, nos desplazaremos hasta Ciudad Rodrigo. Posee una catedral románico-gótica (siglos XII-XIV), en la que destaca el grupo escultórico de su Pórtico del Perdón.
Después, a 183 kilómetros, encontraremos Ávila. La ciudad de Santa Teresa de Jesús está rodeada por las murallas románicas (siglos XII-XIV) mejor conservadas de España. Su Catedral, no obstante, es el primer edificio plenamente gótico de Castilla y León (siglos XII-XIV). Su particularidad más evidente es el aspecto de catedral-fortaleza que le confieren algunos de sus elementos arquitectónicos como, por ejemplo, sus almenas.
Siguiente parada: Segovia, a 67 kilómetros. Su actual Catedral comenzó a construirse en 1525 en estilo gótico final, por iniciativa de la familia Gil de Hontañón. Sorprende por lo esbelto de su figura: su torre es una de las más elevadas de España. Su interior es riquísimo en capillas, retablos y esculturas.
Seguiremos nuestro camino hacia la provincia de Soria, concretamente a la ciudad de El Burgo de Osma. Son 132 kilómetros de viaje para ver cómo su catedral combina todos los estilos: desde el románico, pasando por el gótico y el renacentista, hasta el barroco, protagonista de su monumental torre, el elemento más significativo. Se inició en 1232 y se concluyó en el siglo XVIII.
Desde esa villa soriana, debemos recorrer buena parte de la ribera del río Duero hasta Valladolid, que nos espera a 166 kilómetros. Su Catedral es la única que permanece inacabada. Posee un espíritu clasicista, puro y sobrio. Fue diseñada por Juan de Herrera a principios del siglo XVII, y las obras fueron retomadas por Alberto Churriguera en el siglo XVIII.
Después nos acercamos a Palencia, a 52 kilómetros. Su Catedral, gótica de líneas puras, comenzó a elevarse en 1321, y se concluyó en época del Renacimiento. Su peculiaridad más destacable es que bajo el edificio se encuentra una cripta que contiene dos construcciones anteriores: una románica y otra de tiempos de los visigodos.
A unos 90 kilómetros, hallaremos la undécima y última de las catedrales de Castilla y León; es la de la ciudad de Burgos, situada al igual que la de León en uno de los puntos importantes del antiguo Camino de Santiago. Además, es la única de las españolas que está declarada por sí misma Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y no es en vano. En efecto, en ella el gótico pleno de influencia borgoñona adquiere todo su esplendor en naves, portadas, capillas y claustro. Sus obras se iniciaron en 1221 y se prolongaron durante los siglos del gótico. Al siglo XV corresponden las esbeltas torres con agujas que constituyen su estampa más conocida.
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