Vista del Yacimiento y Museo Arqueológico del Castro de Viladonga. Castro de Rei, Lugo © Ministerio de Cultura
A finales de la Prehistoria, allá por la Edad de Hierro, el ser humano decidió abandonar la vida itinerante que llevaba para establecerse en poblados más o menos grandes. De esta forma surgieron los castros celtas del noroeste de España, algunos de los cuales sobrevivirían hasta después de la llegada de los romanos.
En Galicia, la cultura de castros ha dejado como herencia un valioso patrimonio arquitectónico y artístico, que podrá admirar en museos y en los numerosos yacimientos que existen. Visitarlos es una ocasión inmejorable para descubrir en persona la historia de estos pueblos legendarios: su riqueza artesanal, sus tradiciones, su modo de vida…
Uno de los elementos que más le llamará la atención de los castros gallegos es su emplazamiento. Suelen estar localizados en montañas y sitios elevados, o cerca de la costa, para que la naturaleza les sirviera como medio de defensa. En la actualidad, esta particular ubicación le permitirá disfrutar, además, de unas vistas espectaculares.
Los castros eran recintos fortificados, rodeados de fosos y murallas. En su interior las viviendas de piedra, con planta circular y techos de paja, se distribuían en barrios, separados por calles y plazas. Otras construcciones más alargadas funcionaban como espacios de reunión o de culto, y algunos poblados incluso tenían baños de vapor. El Castro de Santa Tecla, en la localidad gallega de A Guarda (Pontevedra), es un ejemplo representativo, pero hay más.
En Galicia, destaca el Castro de Viladonga, en la villa de Castro do Rei (a unos 30 kilómetros de la ciudad de Lugo). Junto al yacimiento se encuentra su Museo Arqueológico, cuya exposición es un buen complemento de la visita. También podrá conocer, entre otros lugares interesantes, los castros de Baroña y Elvira, a menos de 65 kilómetros de Santiago de Compostela (A Coruña), o los de San Cibrán de Lás y Castromao, a poco más de 25 kilómetros de Ourense.
Son sólo algunos de los sitios más significativos: para no perderse nada le recomendamos que acuda a las oficinas de turismo, donde le facilitarán completa información. Si le queda tiempo, acérquese a cualquiera de los museos arqueológicos que hay en estas provincias. En las salas de los museos de Pontevedra, Lugo, A Coruña u Ourense podrá contemplar los abundantes objetos y materiales hallados en los diferentes castros, que incluyen desde cerámicas y ricas piezas de orfebrería, hasta utensilios de hierro y cobre. No lo piense más: en España tendrá la cultura celta al alcance de la mano.