Uno de los mejores autorretratos de Rembrandt y fiel espejo de su alma.
A través del empleo del claroscuro, Rembrandt refleja fielmente sus sentimientos y estados de ánimo.
Éste, como todos sus autorretratos, consigue reflejar sus sentimientos y estados de ánimo a través del empleo del claroscuro, con fuertes contrastes entre luces y sombras. Esta obra ha sido objeto de detallados estudios científicos que han confirmado, sin ningún género de duda, que se trata de una obra autógrafa y de uno de los mejores autorretratos del pintor.
Características de la obra
Objeto
Cuadro
Dimensiones
72 x 54,8 cm
Técnica
Óleo
Materia
Tabla
Iconografía
Retrato