Composición minimalista con excepcional uso de la luz que representa a la esposa del pintor tras el parto de su hija menor, junto a ella en la cama.
La precisión de Sorolla en describir la cualidad específica de la luz es extrema: es una penumbra fresca que envuelve la escena como una bendición; tras los trabajos del parto, reina ahora el descanso, la felicidad.
Es uno de los mejores ejemplos de la capacidad de Sorolla para transmitir intensas sensaciones físicas y climas anímicos igualmente intensos. La emoción del padre-marido y la mirada del pintor se han fundido en esa luz tamizada que acaricia el mar de blancura donde emergen las dos cabezas, y el mundo entero desaparece ante la intimidad absorbente de ese momento de recogimiento.
Tanto la composición como el encuadre y el tratamiento pictórico son de una rotunda modernidad, cercana en este caso al modernismo catalán.
Características de la obra
Objeto
Cuadro
Dimensiones
Altura: 125 cm.; Anchura: 169 cm.
Técnica
Óleo
Materia
Lienzo