Entre 1916 y 1920, Sorolla lleva al lienzo todos los rincones del jardín de su casa madrileña. Consigue una libertad técnica y expresiva y una visión intimista muy importantes en el conjunto de su producción.
Sorolla da lugar a la explosión de colorido y el juego de luz filtrándose entre la vegetación en lienzos de mediano formato que resuelve con espontaneidad.
Esta es una de las últimas versiones, pintada en la primavera de 1920. Representa un ángulo de los jardines segundo y tercero del actual Museo Sorolla.
La presencia de la butaca de mimbre, que solía utilizar el artista para pintar, da a este cuadro una peculiar intensidad y un punto melancólico en una escena que, por lo demás, transmite la felicidad de un lugar consagrado a la belleza y el placer.
Características de la obra
Objeto
Cuadro
Dimensiones
Altura = 55 cm; Anchura = 65 cm
Técnica
Óleo
Materia
Lienzo