Escultura encomendada para coronar la tumba de un aristócrata íbero con su propia imagen.
La obra sigue el modelo griego de ornar los paisajes funerarios con esculturas. En este caso, se trata de un aristócrata que pretende símbolizar su poder y ser un elemento de identidad para su estirpe.
El rostro está inspirado en las esculturas griegas arcaicas, en los kuroi; el atuendo denota su estatus social a través del ancho cinturón que marca su cintura, y de sus amplias hombreras. El caballo que monta también refuerza la idea de estatus elevado.
El hallazgo de esta escultura ha permitido nuevas reflexiones sobre la cronología de la escultura ibérica y los modelos que utilizó.
Características de la obra
Objeto
Estatua
Dimensiones
Altura = 168 cm; Anchura = 181 cm; Grosor = 77 cm
Técnica
Tallado
Materia
Caliza