Por la representación de identidad de lo valenciano, este cuadro de Joaquín Sorolla es especialmente significativo entre las más de 40 obras del autor que se exponen en el museo.
En esta obra Sorolla retrata a sus hijos, Joaquín y María, ataviados con el vistoso traje típico de fiesta de los labradores valencianos. El atuendo, junto al caballo ricamente enjaezado y la frondosidad de la vegetación, dan el tono barroco y de luminosidad que tanto éxito tuvo en la sociedad de su época.
La temática, el colorido y el valor evocador de su tierra natal fueron utilizados por Sorolla para otros encargos como, por ejemplo, el panel de Valencia para la decoración de la Hispanic Society of America en Nueva York.
Características de la obra
Objeto
Cuadro
Dimensiones
200,5 x 187 cm.
Técnica
Óleo
Materia
Lienzo