El poeta Manuel Altolaguirre hizo crecer este poemario con los años, como si de un organismo vivo se tratase, por lo que constituye la obra paradigmática de su poesía.
Las sucesivas ediciones de esta obra (1936, 1944 y 1946) aumentaron la cifra de los poemas en ella incluidos hasta los definitivos 137, entre los que se encuentra la práctica totalidad de la primera época de su producción poética. Ésta se caracteriza por la espontaneidad, la claridad en la expresión y una extraña magia, con el amor como asunto central.
El libro está dividido en trece títulos, bajo los que Altolaguirre fue agrupando los poemas que consideraba más representativos de su trayectoria, algunos de ellos ya publicados con anterioridad en otros poemarios o revistas. No es, así, extraño, que la última de las ediciones presente un aspecto heterogéneo, como de resumen o culminación de este poeta vanguardista, a ratos neorromántico, de la ‘Generación del 27’.