Un rumor melancólico e intimista atraviesa cada una de las ‘elegías’ que componen este poemario, una de las obras cumbres del poeta y “Premio Nobel de Literatura” Juan Ramón Jiménez.
Estas “Elejías puras” forman una unidad con otros dos poemarios que publicaría en 1908, las “Elejías intermedias” y las “Elejías lamentables”. Más allá de la peculiaridad tan ‘juanramoniana’ de sustituir la grafía ‘g’ por la ‘j’, en este poemario el poeta andaluz inició el uso del verso alejandrino y el serventesio.
La melancolía y un hondo sentimentalismo de motivación autobiográfica —a través de la recreación en paisajes naturales (pero interiores)— son dos de las características principales de las “Elejías”, que suponen la superación de la introversión manierista y el preciosismo formal de sus obras anteriores.
En sus versos resulta patente la influencia de tres ámbitos: la poesía del romántico Gustavo Adolfo Bécquer, los poetas simbolistas franceses y, evidentemente, el modernismo, del que Juan Ramón es uno de sus poetas más preclaros.