Este tratado didáctico-moralizador sobre los vicios de las ‘malas mujeres’ puede considerarse como el primer libro en lengua castellana realizado en prosa picaresca.
Es la obra más importante del Arcipreste de Talavera. Desde la primera edición de 1498 se conoció popularmente como “El Corbacho”, en referencia a la obra homónima del italiano Giovanni Boccaccio, y con el subtítulo de “Reprobación del amor mundano” por influencia de la “Reprobatio amoris” del francés Andreas Capellanus.
“El Corbacho” supera el modelo didáctico-simbólico, rebajando la aridez de la prosa para entrar en un realismo insólito en la literatura de su tiempo.
La sorprendente variedad de su estilo, entre lo vulgar y lo erudito; la ambigüedad de su mensaje, entre la misoginia y el perdón a las mujeres, y la conjunción de la carnalidad más grotesca con la ascética espiritualidad sumergen esta obra en una tradición netamente española: la de otro arcipreste moralizador, Juan Ruiz, el arcipreste de Hita, y su sucesor, Fernando de Rojas.