El paisaje castellano y los campos de Soria sirven de escenario y de reflexión para uno de lo momentos más álgidos de la producción literaria del poeta y prosista Antonio Machado.
Machado, una de las figuras de la ‘Generación del 98’, compuso este poemario durante su estancia en la ciudad de Soria, cinco años decisivos en su trayectoria literaria y vital. Llegó a la capital castellana en 1907 y se casó con la joven Leonor Izquierdo en 1909, quien moriría de tuberculosis en la misma ciudad en 1912.
En “Campos de Castilla” continúa presente con el tono intimista de poemarios anteriores, pero más que como introspección poética, como un proceso de ‘objetivación intelectual’, que consigue mediante la permanente identificación entre el paisaje castellano y el alma del poeta.
Otros aspectos interesantes son la influencia del “Romancero”, muy patente en el largo romance “La tierra de Alvargonzález”, y la aparición de los primeros poemas brevísimos en la serie “Proverbios y cantares”, una modalidad poética que más adelante cultivaría copiosamente.