Se trata de un complejo de oficinas y empresas relacionadas con el mundo tecnológico, perfectamente insertadas dentro del espacio natural circundante, en el extrarradio de Logroño, junto al río Ebro.
El único edificio presenta una forma baja y extensa, está construido con acero y juega con la identificación entre naturaleza (en este caso, un viñedo) y tecnología. Zaera diseñó este complejo pensando en unir la personalidad individual de cada una de las tres instituciones allí presentes con el uso compartido de diversos servicios (seguridad, limpieza, mantenimiento) para reducir gastos.
Las oficinas, despachos, aulas y otros espacios funcionales se disponen a ambos lados de un largo pasillo que comunica todas las dependencias del complejo. Los espacios públicos están abiertos a los jardines exteriores ubicados dentro de la parcela del complejo, mientras que las salas dan al bosque de galería (los olmos del Camino de los Lirios) que bordea el río Ebro.