En el corazón de la tierra del vino conviven en perfecta armonía, en un ensamblaje perfecto, la antiquísima tradición de la bebida mediterránea por excelencia, con la más pura modernidad.
Con el magnífico telón de fondo de la sierra de Cantabria aparece, entre extensos viñedos, este edificio de bodegas, perfectamente adaptado al paisaje, y que constituye una perfecta simbiosis entre funcionalidad, tradición y vanguardia.
El edificio, de porte alargado, consiste básicamente en dos muros portantes de hormigón, separados entre sí por 26 metros de distancia, revestidos al exterior con láminas de madera de cedro cuperizada (tratada con cobre), lo que le confiere no sólo su color y calidez características, sino también la flexibilidad necesaria para adoptar esa silueta sinuosa que recuerda una hilera de barricas de vino.
La cubierta está hecha a base de vigas de madera revestidas de aluminio que dibujan la superficie ondulada creada por los muros portantes.
Información práctica
Accesibilidad
Ascensor
Aseos adaptados
Itinerario adaptado
Rampas