La época del barroco venía anunciada ya, en las formas artísticas y estéticas, por el manierismo proveniente de Italia. La Contrarreforma surgida del Concilio de Trento (1545-1563) marcará un camino de profundización en la espiritualidad cristiana, frente al humanismo renacentista. A lo largo del siglo XVII, en arquitectura triunfan los esquemas de las sobrias iglesias jesuíticas junto a una exacerbación de la decoración. En pintura y escultura, las figuras refuerzan sus músculos, se exageran los escorzos y se incide en el movimiento. En música, las composiciones se recargan y enriquecen. En literatura, es el tiempo de la novela picaresca, del enfrentamiento entre la poesía conceptista y la culteranista, del teatro del Siglo de Oro y del ensayo teológico.